Las evidencias científicas inciden, cada vez más, en la necesidad de implantar políticas de renaturalización y de fomento de la biodiversidad urbana, por su clara relación con la salud pública y la mitigación de efectos del cambio climático.

Los nuevos conocimientos exigen que los gestores públicos impulsemos una visión del verde urbano, más allá de los aspectos estéticos y ornamentales, que hasta hace poco regían como objetivos de gestión de nuestros parques y jardines públicos.

La nueva misión de los gestores municipales, enfocada al fomento de la biodiversidad y la renaturalización urbana, implica necesariamente una visión más amplia y un cambio en el modelo de gestión clásico del verde urbano.


Este modelo clásico, que busca rápidamente una imagen finalista y estática, implica grandes aportes de mano de obra, abonos, tratamientos, energía y agua para mantener la imagen del jardín y, a menudo, comporta unos costes económicos y ambientales insostenibles.


Los espacios con una vegetación poco diversa, inadaptada, culturalizada y controlada, en el cual la naturaleza posee un papel secundario centrado en el ornato, deben pasar a ser minoritarios y reservarse para aquellos lugares singulares, como jardines de lugares históricos o emblemáticos.
La Gestión Evolutiva
La clave para superar el modelo clásico pasa por encontrar un nuevo enfoque que fomente espacios verdes basados en la evolución y transformación, a partir de los procesos naturales que se dan en ellos.


A menudo, podemos encontrar la solución intentando entender e interpretar, las soluciones adoptadas por la naturaleza en distintos ambientes. Lo que ha permanecido, son siempre soluciones de éxito tras muchos siglos de evolución.


Debemos reflexionar y avanzar hacia una gestión de infraestructura verde urbana, que considere la necesidad de introducir nuevos modelos que respondan a demandas, como adaptación al entorno, fomento de la biodiversidad, sostenibilidad y resiliencia.

La voluntad de mejorar la calidad de vida en las ciudades, nos lleva a apostar por una Gestión Evolutiva del verde urbano. En este modelo, nuestra manera de gestionar el jardín debe estar enfocada a la transformación del espacio a favor de sus procesos naturales.


Nuevos modelos de gestión
La nueva gestión de los Espacios Verdes Urbanos debe ser capaz de alinearse con los procesos naturales que se dan en ellos, pero sin olvidar su finalidad.

El modelo debe ser capaz de satisfacer las necesidades de los ciudadanos e incrementar la calidad ambiental.

El objetivo debe fijarse en crear las condiciones adecuadas para que la naturaleza pueda establecerse y evolucionar en este entorno favorable de un espacio verde capaz de acoger los actividades y usos propios del entorno urbano.

Infraestructura verde dinámica
A menudo, la infraestructura verde de nuestras ciudades, no ha sido concebida desde una perspectiva ambiental dinámica y evolutiva que considere los ciclos naturales.

La dinámica de las sucesiones ecológicas, en las cuales existe un periodo de evolución para conseguir establecer un ecosistema que evolucione hacia la madurez, es la gran olvidada en la gestión del verde urbano. Además, habitualmente existe la necesidad de resultados inmediatos.



En el medio urbano, la naturaleza ha sido expulsada o reducida a la mínima expresión. Aquí, la renaturalización surge como una reconquista de parte de este espacio, que espontáneamente se inicia en la grietas urbanas.

Considerar los ciclos de los procesos naturales que se dan espontáneamente, permitiría trabajar a favor de ellos en vez de luchar en su contra. Este hecho favorecería notoriamente la implantación sostenible del nuevo espacio verde.

Desde su creación, el espacio verde evoluciona y se transforma, no solo con las estaciones sino también año a año, a medida que las plantaciones se desarrollan y se inician nuevos procesos naturales. Estos procesos los podemos impulsar y acompañar con nuestra gestión, para favorecer la consolidación de la infraestructura verde.

Así, el jardín ecológico y sostenible, el que favorece la biodiversidad y se adapta al medio, solo puede ser un jardín en transformación constante. Ser capaces de adaptar sus dinámicas a las necesidades urbanas es un reto enorme.
Los procesos transformadores

Uno de los primeros en difundir esta visión fue Gilles Clement cuando afirmó: “la ecología aplicada al jardín, relega la dimensión arquitectónica de la obra a un segundo plano ya que la naturaleza no permanece en las formas fijas, se transforma y transforma el espacio»

Clement aportó esta visión en sus proyectos. Su profundo conocimiento de los procesos de desarrollo de las plantaciones, le permite establecer criterios de intervención acompañando la continua transformación del jardín.

Para no interferir esas dinámicas naturales, en algunos casos, como en el parque Citroën, no se permitió su apertura al público hasta que pasados varios meses, la vegetación ya se había desarrollado y consolidado. En este momento sería capaz de sostener el impacto de los visitantes.


También en espacios situados en la transición urbano-rural, métodos y técnicas propias de la permacultura o agricultura extensiva ecológica, gran transformadora de espacios e impulsora de procesos naturales, pueden ayudar a avanzar en este modelo de gestión.


Los agentes del cambio
El nuevo modelo de gestión representa, a menudo, un enorme cambio en la imagen de estos jardines, que necesita ser explicado y argumentado de manera clara: la nueva gestión se basa en modelos de ciudades más saludables.


Ante un escenario de emergencia climática como el actual, no hay lugar para las dudas. Hoy es urgente implantar nuevos modelos de gestión que permitan avanzar hacia ciudades con una infraestructura verde consolidada, más sostenible y resiliente.

Para ello, será fundamental diseñar una estrategia de información y participación destinada a implicar a la ciudadanía. El objetivo, es conseguir agentes y activistas implicados que faciliten el cambio de paradigma.



Solamente si logramos que un gran número de personas sean conocedores de las razones del cambio de modelo y se las hacen suyas, podemos conseguir el objetivo.

En el centro de la reflexión permanece la idea que la gestión de los servicios públicos debe estar orientada al ciudadano, y este precisa de entornos saludable para poder vivir.

Tenemos pues por delante un enorme desafío. Un reto atractivo y motivador para construir ciudades más saludables.
Magnific article !! Imatges d’exemples molt propers. Un plaer veure resultats més que satisfactoris.
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Moltes gràcies! Em satisfà molt que t’hagi agradat i pensis així. Salutacions! 🙂
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Un artículo imprescindible. No solo por el mensaje que transmite, sino que además la labor de divulgación que conlleva es importante para el futuro de la infraestructura verde en las ciudades. Un saludo Josep.
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Muchas gracias por el comentario Jose Luis. La gestión de los cambios es siempre un trabajo muy difícil y es nuestra tarea poder explicar bien las razones, para poder avanzar. Una abrazo!
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