La Villa Quijano, más conocida como El Capricho de Gaudí, es un magnífico edificio modernista situado en Comillas (Cantabria). La Villa fue diseñada a finales del siglo XIX por el famoso arquitecto catalán Antoni Gaudí, a raíz del encargo del indiano Máximo Díaz de Quijano, familiar de su gran mecenas Eusebi Güell.

El Capricho (1883-85) fue uno de los primeros edificios de Gaudí y pertenece a su etapa orientalista, que destaca por obras de marcado corte romántico. Además, se trata de una de las poquísimas obras que proyectó fuera de Cataluña.

El jardín, un delicioso espacio de 2.500 m2 que envuelve el palacete, está repleto de detalles y soluciones que más adelante Gaudí replicó en el famoso Park Güell de Barcelona. Además, cabe destacar que todo el edifico cuenta con múltiples referencias a la naturaleza y la música, dos de las grandes aficiones de Quijano.

La simbología domina todo un conjunto muy rico en reminiscencias de lugares visitados por Quijano como antillas, filipinas, oriente y contiene también influencias de arquitectura mudéjar y nazarí como el torreón o los techos del palacete.


Cabe destacar que la relación entre vivienda y jardín es siempre muy estrecha. Existen distintos puntos de enlace como los balcones con barandas y bancos de forja, suspendidos sobre un la vegetación muy próxima.

La naturaleza fue la gran maestra de Gaudí desde sus inicios. Siempre se inspiró en los elementos naturales y las leyes que rigen sus procesos para materializar sus obras.


Aquí, destaca poderosamente comprobar cómo las fachadas del palacete se encuentran cubiertas por centenares de losas de cerámica reproduciendo flores de girasol que, además de referirse al astro, le permiten mimetizarse con el verde del jardín.


Además, el edificio se diseña siguiendo la trayectoria solar. Todas las estancias se ubican en función de la hora en que van a a ser usadas y en la parte sur, cuenta con un gran salón-invernadero, que funciona como un regulador térmico para el resto de la vivienda.

El jardín no ha sufrido apenas modificaciones, por lo que conserva prácticamente su diseño original, lo que le confiere aún más valor. Así, podemos comprobar que Gaudí mostró gran respeto por el entorno, utilizando para su proyecto materiales autóctonos y adaptándose al lugar.

La principal modificación del terreno fue debida a su desnivel original. Este hecho permitió que las piedras extraídas de la zona más elevada, fuesen utilizadas para construir los distintos caminos, muros y escaleras que componen el jardín.

La parte posterior del jardín tiene un parterre en forma de herradura que define el acceso rodado, la cual cosa facilitaba la maniobra de cambio de sentido de los carruajes que llegaban hasta el jardín.

De esta zona del jardín destaca también una pequeña gruta, elaborada con bloques sin desbastar, con un banco de piedra en su interior y una escalinata que recuerda mucho a las del Park Güell.


Finalmente, como homenaje al autor de esta obra, en un banco situado frente a la fachada trasera, se encuentra una estatua en bronce de Gaudí, que fue construida por Marco Herreros en 1989.

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Imágenes de la publicación ©josepmmompín (se permite uso no comercial citando la fuente http://www.visitandojardines.com)
Me ha recordado a Friar Park, la mansión del beatle George Harrison. Le vendrían bien un par de gnomos de jardín 😀
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Genial reportaje, el jardín una pequeña maravilla y las hortensias expectaculares amigo. Buen trabajo.
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