El parc de Torreblanca es un espacio verde público del Área metropolitana de Barcelona, de unas 12 hectáreas de extensión. Sus orígenes se remontan a la edad media, cuando existía una torre amurallada conocida como la Torre Blanca.


Imágenes históricas de la finca: fuente Consell Comarcal del Baix Llobregat
Durante el siglo XIX los marqueses de Monistrol fijaron aquí su residencia, construyendo un palacio de estilo neogótico y unos bellos jardines románticos que fueron muy frecuentados por la alta sociedad del momento, incluida la realeza.

La finca se caracterizaba por el magnífico jardín romántico de finales del siglo XIX, cuyo fantasioso diseño surgía de la idea de imitar las formas y los elementos propios de la naturaleza.

Para dar más realismo a ese paisaje artificial, se utilizaron materiales y técnicas que reproducían elementos naturales e incluso, algunas de la piedras fueron traídas expresamente desde la montaña de Montserrat.


Este jardín se construyó con una topografía accidentada que permitía grutas, islas, cuevas, lagos, un embarcadero y saltos de agua, todo ello rodeado de una vegetación exuberante y diversa propia de un jardín botánico.


Durante la guerra civil se causaron graves daños a la finca, a raíz de los cuales en 1958 hubo que derribar el palacio. Posteriormente la finca se fue abandonando hasta que en 1982 fue adquirida por la Corporación Metropolitana de Barcelona, para convertirla en parque público.

El proyecto del nuevo parque se encargó a los arquitectos Carlos Ferrater y Norman Cinnamond, que con la voluntad de respetar el carácter propio del lugar, diseñaron un espacio dividido en tres partes diferenciadas.


La parte más interesante corresponde al antiguo jardín romántico. Esta zona viene caracterizada por el lago donde se podía navegar con pequeñas embarcaciones y cuenta con un templete, pérgolas, islas y grutas que forman una imagen muy pictórica, de un paisaje idílico y misterioso.


Existe también, una zona de avenidas con cipreses, estatuas y áreas pavimentadas al aire libre, pensada para las actividades públicas que es el hilo conductor que nos dirige a la zona donde existía la edificación y las antiguas huertas.

Al final de la avenida principal destaca la presencia de dos figuras mitológicas que enfrentan su mirada al visitante. Se trata de dos esfinges situadas sobre pilares, que actuaron como guardianas del acceso al palacio.

Estas dos figuras, que concentran en un solo cuerpo atributos humanos (cara y pecho de mujer) y animales (cuerpo de león), se encuentran hoy situadas como antesala del lugar donde se encontraba el antiguo palacio.


Las formas de la edificación desaparecida, se reproducen con setos de ciprés en forma de laberinto y se rodea de palmeras, cipreses y parterres. Un pequeño mirador elevado permite contemplar su silueta.

Aquí los nuevos elementos del parque público, aparecen mezclados con elementos del antiguo jardín, generando un único discurso integrador, que da sentido al conjunto.



La antigua zona de cultivos, está hoy ocupada por una gran rosaleda donde la asociación «Amics de les Roses de Sant Feliu de Llobregat» gestiona el uso de diferentes parterres, para que los socios rosalistas pudieran volver a plantar y cultivar rosales.

Torreblanca constituye sin duda, un exitoso ejemplo de reconversión de un jardín histórico en un parque público funcional y respetuoso con el pasado del lugar.
Ubicación: https://goo.gl/maps/PbVT3MmUrAzBVega8
Como siempre un buen documento. Gracias. Comparto en mi muro de FB.
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Muchas gracias Santi. Me alegro que te guste. Un saludo!
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