La Vaguada de las Llamas (Santander) ****

Abstract: The controversial urban park project has allowed the recovery of the natural environment, in which more than 150 species of birds have been identified.

Un proyecto polémico

El parque Atlántico de las Llamas es un gran espacio verde urbano, que se extiende a lo largo de 11 hectáreas de una enorme vaguada, cuya desembocadura natural es la playa del Sardinero.

La palabra «Llamas» se refiere a los lodos que predominaba en esta zona, que fue ocupada, antiguamente, por una gran fábrica de loza que se proveía de materiales de la vaguada. Poco a poco, los humedales se fueron degradando, producto de los vertidos y la urbanización del entorno.

La ciudad fue ganando espacio a esta zona húmeda hasta dejarla totalmente rodeada. Además el espacio fue sufriendo repetidas agresiones como la realización de rellenos, desagüe de aguas residuales y la desconexión del sistema dunar de la playa.

La existencia de diferentes proyectos urbanísticos para la zona constituía una seria amenaza para este pequeño fragmento de naturaleza, hasta que la creación del Parque Atlántico de Las Llamas, en 2006, consiguió -al menos parcialmente- garantizar la continuidad del humedal y detener su degradación.

Sin embargo, el proyecto realizado por el estudio de arquitectura Batlle i Roig, fue polémico desde sus inicios, por el debate que suscitaba la manera de afrontarlo.

Existían opiniones contrapuestas sobre si debía priorizarse un parque urbano formal, como propone el proyecto, o debía prevalecer la recuperación ambiental del espacio natural.

Un parque urbano

El objetivo del proyecto se centró en reproducir la riqueza de los paisajes y la diversidad de vegetación, propios del clima atlántico, para ponerlos en valor.

El diseño del parque recrea la silueta del Océano Atlántico de norte a sur y se generan recorridos para que el visitante pueda trasladarse dentro de él, como si viajara desde Europa y África hacia América.

A partir de esa línea argumental, se utilizó el carrizal natural y su prolongación a través de un lago artificial para representar el Atlántico, con su norte apuntando hacia la playa de El Sardinero.

Así, los límites de la lámina de agua dibujan las costas europeas y africanas, por un lado y las formas de la costa americana, por el otro.

Este simbolismo continental, se reforzó con la plantación de 2.000 árboles de las especies más características de cada orilla del océano, cada una situada en su correspondiente latitud.

Completan la simbología otros elementos, como una gran tarima de madera instalada en el lago artificial con la forma de las islas Británicas o una pequeña tarima rodeada de carrizal que dibuja la silueta de Cuba.

Además, las distintas pasarelas que cruzan el humedal reproducen algunas de las rutas de navegación históricas que conectaron por primera vez ambas orillas del Atlántico, como la de la nave Santa María en la expedición que descubrió América en 1492 o la última ruta del Titánic.

El espacio natural

El elemento más característico del humedal de Las Llamas es la amplia superficie cubierta por vegetación palustre, principalmente por carrizal, una formación vegetal asociada a humedales de agua dulce y dominada por el carrizo (Phragmites australis).

Se trata de un hábitat muy poco frecuente en la región, pero que acoge a una fauna diversa y de gran interés de conservación para anfibios y aves acuáticas.

En efecto, el humedal es un hábitat ideal para una gran variedad de especies de aves cuya riqueza y abundancia ha experimentado un aumento en los últimos años y, que son objeto de un cuidadoso seguimiento.

La sociedad ornitológica SEO/Birdlife, encargada del registro de aves, ha comprobado la presencia de especies muy poco comunes en Cantabria, lo que ha atraído a un gran número de ornitólogos aficionados y fotógrafos de naturaleza, constituyendo un reclamo turístico para la ciudad.

Según los seguimientos efectuados, la rehabilitación del humedal de Las Llamas ha permitido que el carrizal se convierta en hogar de hasta 150 especies de aves, algunas reproductoras y sobre todo migratorias, lo que representa una cifra récord para un entorno urbano.

Si aceptamos los datos del seguimiento de las aves como un posible indicador de salud ambiental del espacio, cabe considerar que las actuaciones realizadas en los humedales, a pesar de utilizar unos lenguajes formales y materiales artificiales, ha conseguido el éxito de invertir la tendencia de un lugar cada vez más degradado, que ahora goza de una buena oportunidad de regeneración y recuperación del hábitat.

La parte construida hasta el momento, constituye solamente una primera fase del gran parque que se prevé en la Vaguada. El desarrollo futuro del proyecto de las siguientes fases, constituye una gran oportunidad de apostar decididamente por un modelo que garantice y fomente la gran riqueza en biodiversidad del humedal.

Ubicación: https://goo.gl/maps/88yXD4yvq9Kv4syj7

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