Magyar Zene Háza (Budapest) ****

Abstract: The House of Hungarian Music (Magyar Zene Háza) is more than just an organically shaped building beautifully integrated into a park. It represents a vast sensorial experience conceived to fuse music, nature, and architecture into a single harmonious gesture.

Donde la música se hace paisaje

En el corazón del histórico Városliget —el gran Parque de la Ciudad de Budapest— emerge una original construcción en forma de hongo gigante, que se integra con el lugar, en vez de imponerse

Se trata de la Casa de la Música Húngara (Magyar Zene Háza), inaugurada en enero de 2022, que más allá que un simple edificio resulta una experiencia sensorial concebida para fundir música, naturaleza y arquitectura en un solo espacio.

El proyecto forma parte del ambicioso plan cultural Liget Budapest, que busca renovar el principal parque de Budapest sin despojarlo de su esencia verde, dotándolo de nuevos espacios culturales integrados en el paisaje.

El arquitecto del bosque

El diseño es obra del arquitecto japonés Sou Fujimoto, conocido por su sensibilidad hacia las formas naturales y su búsqueda constante de la integración entre lo construido y lo orgánico.

En 2014, Fujimoto ganó el concurso internacional con una propuesta que no proponía un museo cerrado, sino un edificio que “creciera desde el parque”, transparente, ligero, casi inmaterial.

Según entiende Fujimoto, la música y la naturaleza comparten un mismo lenguaje: ambas son formas de vibración. La primera lo hace en el aire; la segunda, en la luz, el viento y el follaje.

Cuando la arquitectura escucha a la naturaleza

La Casa de la Música ocupa unos 9.000 metros cuadrados distribuidos en tres niveles: un subsuelo expositivo, un hall y planta de conciertos al nivel del parque y una planta superior dedicada a la educación y la investigación musical.

© imagen https://ligetbudapest.hu/en/liget-budapest-project

Sin embargo, más allá de los datos técnicos, el verdadero protagonista es el techo, una cubierta ondulada y perforada, que simula una enorme seta emergiendo entre los árboles.

Al acercarnos, descubrimos que su superficie presenta múltiples aberturas de distintos tamaños, por las cuales la luz solar penetra y se filtra hacia el interior, como si atravesara las hojas de los árboles.

Por la parte inferior, miles de placas en forma de hojas recubren el techo, que parece flotar entre los árboles sostenido por esbeltas columnas.

En algunos puntos, estos atraviesan los huecos, haciendo que la naturaleza penetre en el edificio y que la luz, al filtrarse, crea un juego de sombras y reflejos bajo el follaje.

De este modo, la arquitectura reproduce los efectos del bosque: el techo actúa como un dosel vegetal reinterpretado en doradas hojas de acero, cuya tonalidad va cambiando según la incidencia de la luz.

Este juego de luces y transparencias permite que el límite entre interior y exterior en algunos puntos prácticamente se desvanezaca. Desde el interior percibimos el parque como parte del edificio; desde fuera, el edificio refleja los árboles, el cielo y las nubes, fundiéndose con ellos.

El parque como parte del edificio

Fujimoto diseñó la Casa de la Música como una extensión del ecosistema del Városliget al que se accede desde distintos puntos, como si uno se adentrara en un claro del bosque.

El suelo del parque continúa dentro del edificio, y el pavimento se mezcla con los tonos del entorno vegetal y en la planta baja el aire, la luz y el sonido circulan libremente.

También los conciertos al aire libre pueden celebrarse bajo el amplio dosel del techo que se expande al exterior. De esta manera la música puede expandirse y fundirse con el rumor de las hojas y el canto de los pájaros.

Según palabras del propio Fujimoto, “quería que el edificio respirara con el parque, que la música naciera del paisaje”.

Integración entre cultura y naturaleza

La Casa de la Música Húngara no busca aislar la cultura en una caja de cristal, sino devolverla a su entorno natural y es por eso que todo el entorno cuenta con múltiples elementos y juegos que repoducen sonidos musicales.

La arquitectura se convierte en mediadora entre arte y paisaje, entre la creación humana y la vida vegetal que la rodea.

Así los visitantes descubren que la música no pertenece a una élite, sino al parque mismo, a los paseantes, a los que escuchan sin querer mientras caminan

Ubicación Maps: https://maps.app.goo.gl/3Mj5uMissgWjMAfe9

Imágenes ©josepmmompín Se permite uso no comercial citando la fuente http://www.visitandojardines.com

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