Abstract: The rivalry that arose during the 19th century between the owners of two large villas on Lake Como made possible the existence of two fantastic gardens located opposite each other.
Un paisaje romántico
Los pueblos, riberas y paisajes que rodean el Lago di Como se distinguen por la elegancia, la belleza y el romanticismo, que les ha caracterizado desde hace siglos.

En la orilla oeste del lago di Como se encuentra la Villa Carlotta di Tremezzo, un elegante edificio rodeado de bellos jardines que fueron construidos a finales del s.XVII en estilo clásico y ampliados en estilo neoclásico–paisajístico por el marqués Giovanni Battista Sommariva a principios del XVIII.

Del proyecto inicial, se conserva el jardín de estilo italiano, situado frente a la fachada y caracterizado por un gran eje cruzado por terrazas, que acogen cuidados parterres, setos recortados, fuentes y numerosas estatuas.

En las terrazas se cultivaban una gran variedad de cítricos, una parte de los cuales se conservan formando románticos túneles vegetales, impregnados por el aroma de sus flores y frutos.

El jardín a la italiana, refleja la filosofía del XVIII, el siglo de la Ilustración en la que la razón prevalece sobre el sentimiento y es el hombre quien controla y domina la naturaleza.


Por contra, cuando Sommariba amplió el jardín, lo hizo siguiendo un estilo romántico-paisajístico usando gran variedad de árboles y arbustos originarios de otras zonas del mundo, que se adaptaban bien al microclima del lago de Como.
Rivalidad por los jardines
Fue durante esta época, al principio del siglo XIX que surgió una enorme rivalidad con la Villa Melzi, situada también en el lago y cuyo propietario ocupaba cargos de poder de la República Napoleónica Italiana, a los que también aspiraba Sommariva.

Y es que en la ribera opuesta del Lago, el 1808 el conde Francesco Melzi D’Eril, edificó su propia villa neoclásica, también con un gran jardín paisajístico, muy visible desde Villa Carlotta.

Desde sus Villas, Sommariva y Melzi se controlaban e intentaban superarse mútuamente en la importación de nuevas especies de árboles exóticos, que a menudo situaban junto a la orilla para que pudieran verse desde el otro lado del lago.


Incluso cuando se celebraban fiestas en Villa Carlotta, se colocaban antorchas en la fachada y balaustradas creando un gran efecto visible desde todo el lago, a lo que Melzi respondía paseando a sus invitados por el lago, en una gran góndola que todavía se exhibe en el jardín de Villa Melzi.


Se cuenta también que cuando el Melzi plantó sus primeros rododendros, Sommariva trajo cientos de ellos y que instaló un techo de metal en una de las estructuras de su jardín para que reflejara el sol y cegara la vista de Villa Melzi sobre el lago.

Esta gran rivalidad entre los dos políticos provocó una época de gran desarrollo en ambos jardines, que han permanecido bien conservados hasta nuestros días y cuyo mayor legado son los majestuosos árboles centenarios que ambos poseen.
Los jardines de Villa Carlotta
Cuando Sommariva amplió el jardín en estilo neoclásico, dispuso los arbustos agrupados en masas y los árboles se situaron de manera naturalizada, al contrario de los jardines italianos tradicionales, mucho más formales, geométricos y cargados de simbología.

Y durante el siglo XIX, ya con la familia Sajonia Meiningen, últimos propietarios privados de la villa, se siguió ampliando el jardín con nuevas escenas como frondoso Valle de los helechos, donde un pequeño arroyo fluye en el fondo del pequeño valle creando un microclima especial.

Los helechos que dan nombre al valle, son especímenes de Dicksonia antarctica, un helecho arborescente originario del sureste de Australia, que en invierno se trasladan al invernadero.

Existe también, un pequeño bosque de rododendros arbóreos plantado a principios del siglo XX, que forma un entorno sorprendente, con sus sinuosos troncos de corteza rosada y la vistosa floración primaveral.



Finalmente, en la parte más alta se encuentra un pequeño jardín japonés, con su puerta Torii, linternas de piedra y un pequeño arroyo rodeado de bambús, que aporta un toque exótico al conjunto.
Colección de arte
En el interior, la Villa alberga una importante colección de arte, gracias en buena parte a Gian Battista Sommariva, que llenó de riqueza su interior con pinturas y esculturas de grandes artistas de la época.


Desde las distintas ventanas y balcones de la Villa se obtienen maravillosas vistas sobre el jardín delantero con el eje de simetría que lo cruza desde la puerta hasta el edificio y terrazas conectadas entre sí por escaleras que conducen al lago, sin duda el auténtico protagonista del paisaje envolvente.


Al levantar la vista, justo enfrente aparece espléndida la Villa Melzi y no resulta difícil imaginar las escenas de la gran competitividad surgida en aquel momento con Villa Carlotta.


El afortunado resultado final, es que hoy disponemos de dos jardines fascinantes para poder visitar y disfrutar.
Ver también: Los Jardines de Villa Melzi
Imágenes ©josepmmompín. Se permite uso no comercial citando la fuente http://www.visitandojardines.com
Ubicación Maps: https://maps.app.goo.gl/YH9oxYL3WQYLhb6F6

Ciao, che bel giardino.
Grazie per la condivisione
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