As Catedrais (Aguasantas)****

Abstract: The extraordinary Praia das Catedrais constitutes a small paradise, a mineral garden where rocks, sand and water play a fundamental role.

Un paisaje único

Llegó el final de un año donde no ha sido fácil poder viajar en busca de nuevos jardines, paisajes y lugares mágicos que nos encanta poder visitar. Afrontamos uno nuevo, cargado de proyectos e ilusiones.

Ahora es el momento ideal para recordar los mejores momentos que hemos gozado contemplando bellos jardines y paisajes de ensueño y, afortunadamente, en 2021 han sido unos cuantos los que han merecido la pena.

El azar o el recuerdo todavía fresco han hecho que la memoria se detenga en un paisaje natural de una belleza extraordinaria: la Playa de las Catedrales o de Aguas Santas. Según lo recordamos, constituye un formidable jardín construido por las fuerzas de la naturaleza.

En esta playa, el enorme trabajo realizado por los elementos para esculpir cada roca del acantilado, excavar cuevas y moldear los arcos, ha creado un paisaje espectacular.

Paraíso natural

Además, la costa de la Praia das Catedrais, acoge una joya botánica en sus acantilados, la acelga salada (Limonium dodartii), que se encuentra en peligro crítico de extinción y es hábitat del lagarto verdinegro (Lacertaschreiberi), la ranita de San Antón (Hylamolleri) y otros endemismos del noroeste ibérico.

Cuando lo visitamos, nos invadió la sensación de movernos por un pequeño paraíso, un jardín mineral donde las rocas, la arena y el agua tienen un papel primordial.

Se trata de un lugar mágico, donde el mar lo inunda todo cada día, y lo convierte en intransitable por una horas aumentando, más si cabe, su enorme atractivo.

Es solamente durante la marea baja que podemos descender hasta la playa y recorrer los distintos tramos, túneles y pequeñas calas para ir descubriendo el encanto sin igual de cada rincón.

La fortuna hizo que llegáramos a la playa justo durante la puesta de sol y en marea baja. Prácticamente no quedaba nadie y tuvimos el tiempo justo de tener una primera impresión idílica del paraje, mientras el nivel del mar ascendía rápidamente.

Tras una noche de luna llena que iluminaba la playa inundada por la marea alta, a primera hora del nuevo día, aprovechando que retiraba la mar, pudimos volver a bajar y explorarla con tranquilidad.

La playa es una maravilla y uno no puede dejar de sorprenderse a cada vuelta, admirando la enorme belleza del paisaje, las formas esculturales de las rocas, las pequeñas cascadas o los grupos de percebes que se agarran al acantilado.

Proteger la naturaleza

Pero, también, el placer es efímero y, de repente, hordas de turistas armados con enormes radiocasetes, pesadas neveras y grandes sombrillas de colorines empezaron a descender rápidamente hacia la playa, con el objetivo de conquistar el rincón más hermoso, plantar su campamento y compartir mil selfies por todo el mundo.

En pocos minutos el silencio reinante se convirtió en un enorme zumbido de voces, griterío y música. Para los pocos afortunados que habíamos estado en el paraíso esto significaba la señal que tocaba retirada, si no queríamos empañar el recuerdo.

La Playa de las Catedrales es un lugar donde los accesos están controlados. Se debe solicitar un permiso previo gratuito, que sirve para controlar un máximo de visitantes al día.

También así, se puede controlar que todo el mundo desaloja la playa antes de la subida de las mareas, ya que puede ser peligrosa.

Hoy en día, multitud de tour-operadores ofrecen packs de visitas y peregrinaciones a Santiago, junto con la Playa de las Catedrales, anunciándola como un paraíso natural. Una seria amenaza para su conservación.

Esto significa que, a pesar que está protegida por la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación y declarada Monumento Natural, autocares cargados de turistas llegan y descargan los visitantes, provocando la masificación del paraje protegido.

Aunque esto ocurra, la Playa de las Catedrales sigue siendo espectacular. No obstante, su máximo esplendor, se produce cuando el ruido de las olas, el viento y los gritos de las aves marinas son los únicos sonidos que forman la sinfonía de un lugar mágico, que entre todos debemos preservar y conservar.

Ubicación: https://goo.gl/maps/k6L6Q8qot6Z9W7X49

Imágenes de la publicación ©josepmmompín (se permite uso no comercial citando la fuente http://www.visitandojardines.com)

2 Comments

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s