El Château de Courances, en el Gâtinais, es uno de los jardines acuáticos más bellos del siglo XVI. De clara inspiración renacentista, a pesar de que ha estado evolucionando a lo largo de los siglos, conserva todavía intactos el encanto y la magia, de un lugar donde el tiempo parece haberse detenido.

El nombre de Courances, proviene de aguas corrientes (eaux courantes) ya que el parque es atravesado por el río École y contiene diecisiete piezas de agua alimentadas por más de una decena de manantiales de la zona.

Alguno de los elementos relacionados con el agua, son incluso preexistentes al castillo y es que la pureza del agua de Courances se conoce de hace siglos, incluso se usó como agua de mesa de los reyes cuando vivían en Fontainebleau.


A partir de un juego con distintos niveles y sin necesidad de bombeo, se consigue mantener el flujo del agua corriendo entre las distintas lagunas y estanques.


Es pues la ciencia de los niveles, la que permite fluir constantemente el agua a través de los famosos “gueulards”, unas cabezas de delfín esculpidas en piedra, que coronan los estanques.


El especial ambiente que domina éste jardín, es debido en buena parte a la presencia constante de las grandes piezas de aguas tranquilas, que reflejan la vegetación envolvente, convirtiéndose en grandes espejos que dominan y capturan el paisaje.

Todavía a día de hoy no se utiliza ningún componente químico en el mantenimiento de los estanques, la calidad del agua se debe a la naturaleza y a las carpas se ocupan de la limpieza.


Una de las ultimas modificaciones que sufrio el jardín fue el pasado siglo, cuando se construyo en un pequeño jardín de estilo anglo-japonés. Las formas geométricas y los colores llamativos de la vegetación, contrastan con la sobriedad del resto del parque y le añaden un toque de exotismo, a un jardín que respira calma y sobriedad.

Ubicación: https://goo.gl/maps/kLYLRxURnPGtJvBo8
Imágenes: JMMompín, CCO1,CC BY-SA 3.0 & http://www.all-free-photos.com