Escondido en un rincón del bosque de Oma, un paraje cercano a la ría de Gernika, y englobado en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, se encuentra el bosque pintado (Baso Margotua) de Oma.
Para llegar hasta él hay que cruzar prados, transitar bosques y descubrir antiguos caseríos de madera y piedra que parecen olvidados en el tiempo, a través de un paisaje encantador.
Este bosque, pintado por Agustín Ibarrola hace ya treinta años, ha despertado desde el inicio las más profundas controversias.
Muy criticado y cuestionado por quienes lo consideran una agresión al entorno y ensalzado por quienes ven en esta obra un paso adelante en la creación artística y en el diálogo entre arte y naturaleza, su mayor virtud probablemente sea que no deja indiferente a nadie.
Las 47 obras realizadas sobre los pinos, hacen que en este lugar se respira un aire mágico, místico y misterioso…
De repente los árboles del bosque parecen cobrar vida hasta el punto de sentirnos observados por sus coloridas pinturas.
A medida que nos desplazamos, aparecen formas y figuras humanas, animales y geométricas que solo son visibles desde determinados puntos que hay que descubrir.
Desde ellos, las pinturas de los distintos troncos forman una imagen conjunta que anteriormente nos resultaba indescifrable.
La primavera de 2019 se ha detectado que los pinos del bosque de Oma están afectados por un hongo, lo que ha obligada a cerrar el bosque para poder realizar los tratamientos necesarios y su reapertura parece muy complicada. En estos momentos se está barajando la posibilidad de reproducir la obra de Ibarrola en un bosque contiguo y su reapertura podría producirse el verano de 2022.
Más información:
Ubicación: https://goo.gl/maps/RYT3p4bxjLd3LdjT8
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