El Sacro Bosco de Bomarzo (Viterbo)****

Abstract: The garden of the castle of the Orsini family in Bomarzo, known as the Park of Monsters, was built in a valley near the palace, avoiding the typical Renaissance canons of the 16th century.

El Bosque Sagrado

El Sacro Bosco o Bosque Sagrado de Bomarzo, es mucho más conocido en la actualidad con el nombre popular de «El Parque de los monstruos».

Todas estas denominaciones se refieren al jardín del castillo de la familia Orsini en Bomarzo, un jardín que se construyó en un valle próximo al palacio y cuyo diseño rehuye totalmente los cánones renacentistas típicos del siglo XVI.

Su construcción se inició sobre el año 1550, bajo la dirección de los arquitectos Pirro Ligorio y Jacopo Birozzi (Vignola), y parece que las sorprendentes esculturas, talladas directamente sobre las piedras del bosque, surgen de los extravagantes deseos del propietario Pier Orsini, que tras la muerte de su esposa, quiso transmitir al mundo su enorme dolor y sufrimiento.

El Orco

La imagen más conocida del parque, corresponde a un inmenso rostro de un temible Orco, que surge repentinamente escondido entre la vegetación y cuyas fauces simbolizan el acceso a los infiernos.

Sobre la boca del monstruo hoy se puede leer la frase «Cada pensamiento vuela», aunqué se cree que hasta el siglo XVII la inscrpción era «Abandonad los pensamientos al entrar» en clara referencia al infierno dantesco.

Desde el interior, los sonidos resuenan y con la oscuridad reinante, se crea un ambiente misterioso e inquietante.

Simbología y misterio

Es el carácter histórico y singular de las esculturas, junto al misterio de su simbología no descifrada, lo que confiere un interés mágico a un jardín que se construyó totalmente al margen del resto de jardines clásicos de su época.

El bosque sagrado, en contraposición a los cánones renacentistas imperantes en el siglo XVI, no tiene una estructura clara de ejes y simetrías e incluso su posición, un poco alejada de la villa resulta sorprendente.

Las esculturas de Proteo (antiguo Dios del mar), la Tortuga, Pegaso, el Elefante o la Casa que pende, contribuyen a crear una atmósfera desconcertante y difícil de interpretar.

El gigantesco conjunto de esculturas, talladas directamente sobre la roca, formalizan construcciones imposibles, personajes míticos y seres fantásticos representando siempre una enorme pena y sufrimiento…

Y esas construcciones poco a poco fueron engullidas por el bosque

Un lugar olvidado

Las figuras permanecieron olvidadas durante más de 300 años, hasta que en 1954 la propiedad fue comprada por Giovanni Bettini, quien se empeño en la recuperación de este lugar tan excepcional, tan misterioso y sorprendente.

Fotos antiguas de Herbert List y Julian Gardner © Courtauld Institute of Art.

De esta época se conservan algunas imágenes de archivo, que a día de hoy resultan chocantes.

Actualmente, una vez recuperados y debidamente puestos en valor, las grotescas figuras cuyo significado todavía no ha sido descifrado, aparecen entre los árboles sorprendiendo al visitante por su aspecto y tamaño descomunal.

Fuente de inspiración

Todos estos factores lo han convertido en un lugar singular que ha servido de inspiración a autores como Manuel Mujica Lainez, que tras visitar el lugar en 1958 escribió la una novela histórica, ambientada en el renacimiento italiano cuya trama sucede en este jardín cargado de misterios y suposiciones.

Años más tarde, la novela catalogada como ya como obra cumbre de la literatura, fue inspiración para la creación de una ópera en 1.964. Ambas supusieron un impulso definitivo para la recuperación de este parque fantástico.

Emplazamiento: https://goo.gl/maps/o47qvRonQGtq7Gvh8

Descubrir más: jardines italianos

3 Comentarios

Deja un comentario