Abstract: Following ancient tradition, the Chinese garden in Zurich symbolizes paradise: an idyllic landscape of harmony between man and nature, which we must discover little by little as we walk through it.
La pradera china
A orillas del lago de Zúrich, en una popular zona de baño llamada Blatterwiese, , se encuentra el «Chinagarten» (Jardín Chino) también conocido como «Chinawiese» (Prado de China).


Este exótico jardín fue un regalo de la ciudad china de Kunming, hermanada con Zúrich, como símbolo de agradecimiento por la ayuda técnica prestada en el desarrollo de su sistema de suministro de agua potable

De hecho, este jardín se considera uno de los más auténticos fuera de China ya que en su construcción participaron directamente expertos en jardinería y artesanos de Kunming.
Paisaje paradísiaco
Tradicionalmente el jardín chino símboloza el paraíso: un paisaje idílico de armonía entre el hombre y la naturaleza, que solamente podremos descubrir desde su interior.

Por ello, el jardín está completamente rodeado por un muro que lo protege y preserva su intimidad. Por encima del muro, sobresale una frondosa vegetación que nos invita a entrar.

Al acercarnos, descubrimos que la puerta de acceso está decorada con coloridos detalles e inscripciones y que se encuentra custodiada por dos feroces leones guardianes esculpidos en piedra.
Rocas
Los elementos característicos del jardín chino —las rocas, el agua, las plantas, la arquitectura y las referencias a la cultura tradicional— están todos presentes y cuidadosamente representados en este jardín.


Nada más cruzar la entrada, nos encontramos de frente con una pared de rocas, símbolo inequívoco de las montañas. En el centro, se abre la entrada a una pequeña gruta que nos invita a atravesarla para descubrir, al otro lado, un estanque que ocupa el espacio central del jardín.
Estanque
El agua desempeña un papel fundamental en el diseño del Chinagarten, actuando como elemento de conexión entre la isla, los distintos pabellones y una hermosa pagoda situada en uno de los extremos.


Como es tradicional en los jardines orientales, en el lago habitan vistosas carpas koi, que suelen nadar cerca de la superficie, despertando así el interés de los visitantes.

Al levantar la vista, iremos descubriendo poco a poco ese paisaje idílico, lleno de constantes referencias a la cultura tradicional china y a una forma de entender la vida más pausada y reflexiva.

Los reflejos de los árboles y de los coloridos pabellones en las aguas calmadas del estanque contribuyen a transmitir la paz y la tranquilidad que emanan del jardín.
Vegetación
Además de la vegetación frondosa caducifolia, que destaca por sus colores vistosos, en el jardín están representadas las tres plantas conocidas en Oriente como los «tres amigos del invierno» (歳寒三友).

Son plantas que permanecen bellas a pesar de la dureza del frío invernal y simbolizan la resistencia ante condiciones adversas. Se trata de los llamados matsu 松 (pino), take 竹 (bambú) y ume 梅 (ciruelo chino).


Esta tríada es un tema recurrente en el este asiático. Del pino se valora la persistencia de sus hojas y su longevidad; el bambú simboliza la resistencia y la flexibilidad; y, del ciruelo chino, se destacan su capacidad de florecer en pleno invierno, simbolizando la belleza y la superación de las adversidades.
Arquitectura y simbología
En la cultura china, los elementos del jardín suelen responder a lecciones de filosofía taoísta y budista, expresadas a través de la simbología del paisaje. La imitación de una naturaleza idílica, donde se integran distintos pabellones, refleja esta visión espiritual.

El vistoso pabellón de lectura, situado en el extremo del estanque, es una hermosa muestra de la fidelidad arquitectónica de las construcciones y ofrece un lugar ideal para el reposo y la meditación.


Al pabellón se accede a través de un camino serpenteante, cubierto por una estructura de madera cuidadosamente decorada con dibujos lineales, cenefas y símbolos de plantas y animales.

Al llegar al pabellón, descubrimos una hermosa «puerta de la luna» que custodia el patio. Se trata de una de las típicas aperturas circulares de los jardines chinos, cuya función es enmarcar paisajes o elementos destacados.


Desde el interior del pabellón, un espacio tranquilo con bancos de madera donde reposar, se obtiene una vista general. Allí podemos disfrutar de las últimas sensaciones antes de emprender la salida de este pequeño jardín, repleto de detalles muy interesantes.
Museo Heidi Weber
La visita puede completarse con un recorrido por la famosa casa Heidi Weber, situada a muy pocos metros del jardín chino.


Se trata del último edificio diseñado por el renombrado arquitecto Le Corbusier, en el que experimentó con un nuevo modelo de cubierta para el pabellón de exposiciones, y que hoy acoge un pequeño museo dedicado a su obra.
Imágenes ©josepmmompín (se permite uso no comercial citando la fuente http://www.visitandojardines.com)
Ubicación maps: https://maps.app.goo.gl/bnB2J85KWabWaK739
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